tan alto
que no me pueda sostener,
y tengas que hacerlo por mí.
Que pese a que ya no quede oxígeno
pudieras ayudarme...
sí, sí,
con un besopudieras ayudarme...
sí, sí,
de oxígeno,
y de amor.
Que en verdad
no venga solo de vos,
que se vuelva mutuo,
vehemente.
Que me quiera pese a ser más alta,
que me quede sin control,
sin equilibrio,
sin oxígeno...
Y caigo,
paulatinamente
hacia vos,
algo sutil,
sin apuro,
sin derecho,
derecho de estar allá,
o vos acá,
es lo de menos,
pero solemne.
Que en la caída no caigas ni decaiga,
porque su objeto es armonioso, apolíneo.
Que dejemos de pensar
para empezar a desear
algo desconocido y lejano.
Pero por sobre todas las cosas
que el camino sea algo inesperablemente encantador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario