miércoles, 27 de febrero de 2013

nucleus accumbens


martes, 26 de febrero de 2013

lunes, 4 de febrero de 2013

Hacer el amor,
no el olvido.
Cómo dos personas se pueden unir, cómo se pueden desear tanto más que otras dos que solo buscan placer.
Las caricias, rituales del amor, se vuelven irremplazables. Se vuelven huamanamente necesarios.
Hay infinitos amores: Buscando, encontrando, dejando, luchando, forzando, olvidando, recordando, superando, creciendo, irrevocables... Hay muchos amores en una misma persona. Te amo, y atrás mío hay alguien amándome, ahora mismo. Me besa el cuello, acariciándome el pelo. Siente mi calor, como yo el suyo. Relajantes las palmas de su mano, sus labios húmedos sobre mi piel fría, el cosquilleo enternecedor que me hunde a lo más profundo de mi ser, causando que mis párpados se adormezcan, dejando al resto de mis sentidos agonizar de regocijo. Su roce me deja dúctil a cualquier rito al que me quiera llevar.
Cuando encuentres el amor, no lo sueltes, amarralo, disfrutalo. Porque jamás sabrás si esa persona, en cualquier momento, se convierte en un ser completamente vacío, que quiere sexo con alguien más.
Sucede, de pronto, dejan eso para nada, para coger con los que no emiten nada.
No saben lo que se pierden.
Porque lo pierden, probablemente.
Una persona que ama, ama, pero no espera toda su vida
ama a otro, ahora.