martes, 21 de febrero de 2012

Una cucaracha que me acompaña

me conecté porque no me voy a dormir jamás hasta que sepa de su muerte acontecida
la oigo
con sus
torpes movimientos
sobre los objetos, sobre el suelo de mi habitación
es repugnante
le debe gustar caminar por la pared y hacer caída libre
para luego nadar por mis sábanas
y sumirse en una vacía bolsa que está casi escondida, contra la pared
el ruido impertinente de la bestia
estrujándose de placer
sobre mi rechazo inequívoco sobre su real asquerosidad
solo para verme entumecida, y sumisa
casi puteándola

sábado, 4 de febrero de 2012

Yo sé que te cansaste de escuchar que quiero dejar de hablarte por alguna razón. Pero me di cuenta de que no soy feliz ni de una, ni de otra forma. Y que, por alguna casualidad, siempre termino en el mismo punto de depresión en el que no me dan ganas de estar en ningún aspecto.
Para mí, todo lo que me rodea, es vano. Suena egocéntrico y de mala persona, pero no me importa nada. Ya está, no tiene por qué importarme nada. La vida es una sola, y qué vida más fea. No conozco a nadie que sea demasiado feliz, y si existe, es todo una fantasía que pronto va a quebrarse en mil pedazos.
Tengo una enorme decepción de todo. La gente me da asco. No soporto estar en un lugar así. Ya ni el campo es mi destino, es otra cosa. Es la paz y la soledad. Me pregunto cómo se consigue? (irónico) No digo que pase, simplemente me quejo. Porque al menos tengo la libertad para hacerlo pese a que todos te miren con superioridad o con cara de pocos amigos.
Sinceramente no sé a qué va este email, pero por algo lo empecé de la forma que lo hice. Y por algo intento tratar de llevar una conclusión inclinada hacia otro lado. Pero mi versión de la vida y del amor sigue siendo la misma.
No quiero absolutamente nada de nadie, pues ya sé cómo serán los resultados que me lleguen.
No hay ilusiones, el mundo se acaba, y a mí ya no me importa.
Te quedes o te vayas, mi mundo no cambia (youknow).