jueves, 16 de septiembre de 2010

Hoy quiero brindar por nuestra amistad. Querida amiga, tengo tanto que hacer por vos, te debo tanto. Se acerca tu súper fiesta y a pesar de la reciente distancia estaré allí presente como fiel perro. Te extraño, te lo dije. Te amo, también. I need you (eso no, demasiado drama). Y tu risa, tu seguridad, tu cordura y tu locura, espero verlas pronto. Aunque se que el lunes nos vemos en dos momentos, gracias a gimnasia, -creo que es la primera vez que disfruto algo relacionado a eso, y solo por vos; esto debe ir en mi historial de buenas actitudes- no alcanza, ni alcanzará. Porque debo pedirte que vivas conmigo para estar allí en cada momento de tu vida, acompañándote y vos acá para bancarme las idioteces incoherentes y mis pesares. Lamento tanto que seas mi amiga por tu seguridad mental, y lo adoro tanto, más que cualquier cosa desde mi punto, porque sos la mejor, la mejor, la mejor. A veces te equivocás, pero yo el doble. Y lo haría el triple without you.
Esa frasesita que remarqué es una forma de acentuar la importancia que tendría el estar sin vos. La importancia entristecida de que no estés en el teléfono o en mi vida, trauma. Te amo con locura, tortuguita. Placer de ser tu compañera, hermosura de persona.


Caen las hojas en el otoño como las lágrimas de mis ojos. Es una aflicción tan profunda que el dolor queda, aunque en laguito en mi cara se haya secado. Que el llanto siga, aunque no haya mas agua, es el peor llanto.

En medio de la soledad, un silencio que aturde, un silencio que es más triste aún y que destruye cada pedacito de mi cabeza y de mis emociones. Es algo que corta por la mitad todo lo que soy y a lo que pertenezco. Es algo que no puedo expresarlo pero que entristece todo lo que me rodea, hasta lo más hermoso. Y que la risa también me haya abandonado, porque me abandonaron.